
Los textos sagrados coinciden
en que el principal de los dioses organizó al Hombre, al ser humano, a su imagen y semejanza, varón y varona los creó, hombre y hembra, macho y mujer, y les dijo creced y multiplicaos.
en que el principal de los dioses organizó al Hombre, al ser humano, a su imagen y semejanza, varón y varona los creó, hombre y hembra, macho y mujer, y les dijo creced y multiplicaos.
El Cantar de los cantares, libro del rey Salomón, da prueba de ello; y el Eclesiastés reza esta hermosura de canto: «Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol». Génesis 1.27-28. Eclesiastés 9.9
Ven conmigo -te dice este libro-
y de la mano caminemos por la viña de Baal-hamón o por aquel Jardín de Las Espérides. Sentémonos a conversar porque tengo algo que decirte y enseñarte; mirémonos fijamente con pasión, digámonos detalles insinuantes como Tonatiuh a Xochiquetzal, como Efraín a María, como Bolívar a Manuelita, como Inanna a Dumuzi, como Shiva a Sati, como tu Orkídea al Chimbuzí, como Katleya a Suscitar, Como Enki a Ninki, como Bonnie and Clyde, como Qays a Layla, como Thalia a Alexander, como Meilan a ChangPo, como Amazilia al Kolibrí, como Osiris a Isis, como Romeo a Julieta, como Yosseph a Asenath, como Malitzin a Cortés, como Alejandro a Eloisa, como Napoleón a Josefina, como Anayanzi a Balboa, como Maximiliano a Carlota, como Hermes y Afrodita, como Gabo y Nigromanta, como Chava y Ferchor, o Zeuz y Hera, como Troilus a Cressida, como el Yin y el Yang, como Tú y Yo -te dice este libro-.
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