!El milagro está en tí!

¿Espera un milagro?
El milagro está en nosotros mismos!

Cierto individuo de apellido Salazar, se hallaba sobre el tejado de su casa durante una inundación. El agua subía hasta llegarle a los pies, cuando pasó un hombre remando en su canoa y le gritó:

—¿Señor, quiere que lo lleve a un lugar más alto?

—No gracias. Tengo fe en el Señor y Él me salvará.

Poco después, cuando el nivel del agua le llegaba al cuello se acercó a Salazar un helicóptero.

—Amárrese de la cuerda y yo lo subiré. Grita el piloto.

—No gracias. Tengo fe en el Señor y Él me salvará.

Desconcertado, el piloto dejó a Salazar en el tejado casi cubierto por las aguas. Al cabo de dos horas de permanecer en el sitio, el pobre hombre, exhausto, no pudo resistir más. Glu,glu,glu... Se ahogó y fue a recibir su recompensa final.

Mientras aguardaba, ante las puertas del paraíso, enfrente del Creador se quejó de lo ocurrido.

—Señor, yo tenía total fe en que tú me salvarías, pero me abandonaste. -¿Por qué?

—¿Qué querías? -Te mandé dos lanchas y un helicóptero!