sábado, 17 de octubre de 2009

Gyna sapiens


Gyna sapiens
Por eso regreso a la carreta aquella de que todo en esta existencia es ionización e intercambio de carga, por ejemplo entre el Sodio [Na] y el Potasio [K] en la mielina del axón; es decir que todo es sexo bien entendido con sus manifestaciones del cerebro femenino y del cerebro masculino, sentimiento F y sentimiento M, tendencias Femeninas y preferencias Masculinas, y naturalmente la parte intermedia del Gen XQ28.
Todo en esta vida, en este pluriverso de membranas paralelas, de materia y antimateria, es sexo, aún antes de que el ser Humano [Homus erectus] apareciera evolucionando en la escala zoológica hace un millón y medio de años.

Sólo cuando se une el ánodo con el cátodo se logra la iluminación, “hágase la luz, y la luz se hizo”; y de tal manera y magnificencia fue aquel Kontakto de hace 15.000 millones de años. Por ejemplo en la nube que semeja figuras extrañas el polo positivo contacta al polo negativo y tras el relámpago luminoso a 300.000 kilómetros por segundo le sigue el estruendo del trueno que los nativos aborígenes convirtieron en dioses hasta nuestros días, Santa Bárbara vendita, que viva Changó, Jesús, María y José nos favorezcan, imploran.

Refuerzo la explicación
anterior con aquello de la oposición dentro de la unidad. Hombre/hembra, varón/varona, macho/mujer, polo(+)/polo(-), masculino y masculona [digo femenino], male/female; quiero decir que en El Todo existe la dualidad y unidad de los contrarios, que El Todo es relación de sexo pero en realidad es como ionización de cargas eléctricas, reacciones neuroquímicas, ondulaciones magnéticas en y desde el cromosoma del núcleo de la célula, de los órganos, sistemas, sentidos, y relaciones de producción donde aprendemos a tener personeidad desde cuando nuestra mitocondria africana irguió la cabeza alrededor del lago Victoria -en lo que hoy es Uganda, Kenya, y Tanzania- y se convirtió en Gyna sapiens, del griego Gyn=hembra, de allí viene la palabra ginecología.

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