lunes, 19 de octubre de 2009

El acto de sonreír

El acto físico de sonreír
aumenta el flujo de sangre y por ende de oxígeno hacia el cerebro, avivando el sentimiento de bienestar en todo el cuerpo, lo tonifica y envía energía vital hacia sus centros energéticos principalmente el plexo solar, así como a los principales órganos: corazón, pulmones, bazo, hígado, riñones, estómago.
El dominio de las emociones
descansa en el control que ejerzamos sobre nuestras reacciones fisiológicas a través de una postura física, una actitud mental o una actitud emocional.
Lo más sencillo
es imaginar desenlaces felices para cada una de nuestras actuaciones y adoptar una postura física que incite a la placidez, la euforia y la alegría.

Si imaginamos
una actitud mental de placidez cuando hablamos en público y adoptamos una postura física correcta, entonces aprenderemos que no debemos tensionarlos, ni sentir temor a actuar porque estas emociones serán transformadas mediante ejercicios permanentes, hasta cuando aprendamos el reflejo condicionado contrario o la ecuación de hablar en público:
satisfacción = placer = felicidad.

El pensamiento es energía que se materializa!

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