lunes, 19 de octubre de 2009

Entender la Objetividad

Cómo entender la “objetividad”
Queda claro colegas que en el proceso de comunicación social se manejan determinados intereses en el emisor y se busca determinados efectos en el receptor. Cuando te proyectan publicidad por la pantalla o por la radio o un artículo por la prensa, eso no es inocente, ni es porque te quieren mucho. Ni riesgos. No hablemos del mensaje, ni del canal, ni del código, ni del ruido, ni de las condiciones de los conductores de opinión. Quiero referirme a la fuente de donde se extrae la información. Hay fuente primaria, secundaria, terciaria... Fuente de primera mano que es el lugar mismo donde acontece el hecho; otras fuentes como testigos, archivos y bibliotecas, etc.

De la respuesta acertada del:
Qué,
Quién,
Cómo,
Dónde,
Cuánto,
Cuándo,
Por qué,
Para qué…
Depende la reacción comunicativa.

En América y al parecer en el resto del mundo por lo general todos los comunicados de prensa tienen una fuente muy específica cual es la oficina de prensa del comando de las fuerzas militares. Y los loros de los medios repiten lo señalado cuando el director le ordena diga esto, esto si, esto no. Y todo está escrito en el telepronter.
No son personajes
de Prensa (Press) sino ‘presstitutes’ que se venden al mejor postor para medir la verdadera rentabilidad de las empresas y remunerar a sus gerentes con base al crecimiento real en comparación con sus competidores y siempre van detrás de la caravana militar... El término ‘presstitutes’ fue acuñado por Danny Schechter en su obra Embedded: Bombas de decepción masiva. Pág.109

Y los oyentes
que tienen instinto de rebaño se contagian de la histeria radial y arremeten contra el objeto central, tema del operativo, en la acción difusora dentro del ecosistema sociocultural. Por eso en determinadas sociedades los medios de divulgación están en poder de las mismas personas que controlan la política y la economía.
Ellos no estudiaron
periodismo como ciencia y como arte sino que ejercen otra rama del saber como médicos, ingenieros, abogados, economistas o reinitas de bulimia, pero ejercen el periodismo por el tremendo poder de influencia sobre la mente humana para dirigir sus actos. Por decreto redujeron la Ciencia de la Comunicación Social a un oficio doméstico, a un oficio comercial común y corriente. Donde cualquiera puede traducir mal noticias y desinformación con un objetivo claro.

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